Acostumbraba a ser alegre. Era feliz, o al menos eso quería yo creer.
Una vida normal no era suficiente para mí, quería más, quería ser una persona sumamente excepcional, y me marqué muchas metas. Fuí un gran estudiante y siempre quise tener un gran trabajo para conseguir otras tantas metas... tener una casa, mujer, ir de viaje, salir con mis amigos, conocer muchas culturas... mi cabeza maquinaba todo tipo de planes a cada segundo que pasaba, era un soñador... y solía trabajar dura para conseguirlo.
Qué pena! nunca dejé que en mis planes entrara ningún imprevisto... y quizás ese fue mi mayor error. Hoy sé con certeza que esos planes no se cumpliran, que esta deficiencia respiratoria causada por la metástasis acabará conmigo esta misma noche. Quizás estas sean mis últimas palabras, pero te las quiero dedicar a ti:
Adiós planes. Ha sido una pena vivir en el futuro, y dejar que mi presente muriera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario