Afrodita

¡Cuántos crímenes cometidos en tu nombre! ¡Oh, intocable! Tu permaneces estéticamente posada en tu trono de espuma de mar, mientras el resto de los mortales mueren y matan por tí. Pero tu sigues ahí, consciente de tu enorme poder, consciente de que puedes mover el mundo, paradójicamente sonriendo en el olimpo, en esa torre inexpugnable.

¿Cúantas atrocidades casi inefables vas a seguir permitiendo?  ¿Hasta dónde puede llegar tu egoísmo? ¿Aún quieres seguir demostrando tu fuerza?

Diosa llena de embustes. Quien te empieza a conocer, poco sabe que está entrando en una espiral de horrores... cuán bien ocultas tu crueldad bajo esa coraza de belleza gélida y ardiente.

Pero seguirás ahí ¿verdad? Seguirás porque pareces necesaria, y seguirás porque tu eres la primera víctima de tu poderío, porque tú ves una pequeña Afrodita en la supremacía. No pararás... al fin y al cabo, cometes errores, eres humana... y por eso tu poder es limitado.