viernes, 16 de diciembre de 2011

Perfectamente muerta.

Con dos dedos en la boca y casi sin una pizca de aliento, volvía a apretar su campanilla para que aquel alimento que la hacía sentir basura saliera de su cuerpo. ¿Cómo habría llegado a esa situación? Se medio preguntaba mientras veía los trozos de estofado en el agua del váter, y entonces le pareció ver como los trocitos de vómito se agrupaban para dibujar la imagen de una mujer deplorable. ¿Era ella? Sí, era ella, al menos eso podía ver, se daba asco, volvió a introducir los dedos, y por fin salió todo el líquido que tenía en su barriga, ya casi se había acostumbrado a aquel fatídico sabor, hasta le gustaba, se podría decir que ese sabor era su mayor placer, era lo que le hacía convencerse de que todo estaba saliendo bien. Se sentía vacía, y eso le hacía sentirse totalmente llena y satisfecha.
Ahora podría mirar desde lo alto a todas aquellas furcias que la insultaban gorda y decirle a cada una de ellas: SOY PERFECTA.

3 comentarios:

Excéntrica dijo...

Anorexia.
Vaya, Alvarito, eres polifacético.

Alvanov dijo...

bueno, depende de como me de el día, todo es fruto d ela locura.

PedroB dijo...

Pasate por el mío un día de estos si ves que tal jajaja

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