martes, 17 de enero de 2012

Ese vals....

De pequeño mi madre siempre me ponía una canción, una canción sublime, bueno al menos eso puedo decir ahora porque cuando era pequeño no conocía esa palabra, ni siquiera conocía perfectamente el significado de bella, pero aún así amaba esa canción, y creo que aprendí a asociar esa canción con mi madre.

Mi madre era la única persona que me trataba como una persona normal, porque el resto de los individuos (en el que se mete a ese hombre que llamo padre) me consideraban una persona de lo más rara, y se creían que por ello había perdido el derecho de ser humano.

Pero cuando esto me pasaba mi madre estaba allí para alegrarme el día, y me llevaba a casa para ponerme ese vals...

Hace unos años, concretamente dos, descubrí que mi madre era prostituta(cosa que me disgustó bastante, y por la cual perdí el respeto a mi madre), de hecho no fui el único en enterarme, pero no el último, ese honor se lo ganó mi padre, cuando mi padre lo descubrió se enfadó mucho con mamá y estuvieron a punto de romper, pero mi padre se lo perdonó todo, o al menos eso decía él.
A partir de ese día mi madre intentaba establecerse unos horarios de salidas y entradas de casa, para tener todo preparado para cuando viniera padre. Padre parecía reprimirse mucho, porque siempre parecía que quería pegar a mamá, aunque nunca lo hacía.

Hace una semana, yo estaba en mi casa, viendo la televisión, y me extrañó que mamá se estuviera demorando más de lo normal, porque ya habían pasado quince minutos desde su hora habitual de llegada para hacer la cena, me preocupé, pero seguí viendo la tele.

Cuando mi padre llegó mamá seguía fuera de casa, y él se enfadó mucho, pero se fue a la cama al ver que mamá no llegaba, y yo hice lo mismo, pero estaba muy preocupado, porque no quería que mamá volviera a hacer el trabajo con los hombres. Me acosté en mi cama, llorando.

Me despertaron unos ruidos entre la noche, venían de la puerta, era mamá, que llevaba puesto un vestido muy ligero, y traía los tacones en las manos, se tambaleaba mucho y casi ni podía mantenerse en pie. Se estaba despidiendo de un hombre en actitud muy cariñosa, y en la misma entrada mamá se gachó de repente, abrió la bragueta del hombre y su cabeza empezó a balancearse de adelante a atrás. Cuando paró, el hombre hizo una mueca de placer y mama se levantó, el hombre le dio dinero y mamá volvía hacia el salón con unos andares entre borrachos y escocidos, la muy puta tenía el coño reventado, me fuí a mi cama como si no hubiera visto nada, pero mi padre se dio cuenta de que mamá, se había sentado en el sofá para dormirse, porque ella dejó caer sus tacones con todas sus fuerzas.

Oí gritos de mi padre y de mamá, y al final todo se silenció con un enorme grito femenino. Me dormí. Al día siguiente me desperté y mi padre estaba sentado en el sofá apoyando los pies sobre el cuerpo inerte de mi madre, el se disculpó conmigo por lo que había hecho y yo le dije:

-Tranquilo papá.

Puse ese vals que tanto me gustaba, que tantos momentos buenos junto a mi madre me evocaba, lo puse a todo volumen. Cuando se acabó yo ya estaba saliendo por al puerta, miré al salón, ahora había dos cuerpos en el suelo.

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